Me dediqué a leer los cuentos de Grimm, leí uno y otro mientras recordaba la voz de mi madre que me los contaba cuando niño, recordaba los clásicos (Blancanieves, Bella Durmiente, Cenicienta, Caperucita Roja), pero en la medida que iba descubriendo otros que jamás escuché, y en esos mismos días haber pasado viendo la saga del Hobbit y buscando por aquí y por allá Las Eddas de Snorri Sturlusson en español se me vino a la mente dicha pregunta:
¿Y si los enanos fueron semitas?
Entiendo que con esas pistas no se llega de inmediato a dicho cuestionamiento, pero en la medida que nos enfocamos en los detalles, puede que aquellos que lean esto, terminen haciéndose la misma pregunta, y a su vez, obtengan la respuesta.
LOS ENANOS
Cuando hablamos de enanos, no dejamos de tener en mente aquella criatura pequeña en comparación al hombre, como una raza especial dentro de las tradiciones germanas, una tez pálida, barbudos, nariz bulbosa, y gorros frigios.
Entre sus trabajos, se caracterizan por la carpintería, la artesanía y la minería, entre muchas artes plásticas y mágicas que suelen ser repetitivos en los cuentos, como si los siete enanitos de Disney no se alejaran del mito.
Sin embargo, en el mundo germano, los enanos eran conocidos como dvergr, seres relacionados con el mundo subterráneo, con las piedras, el metal, su forja, la tecnología, la magia, la suerte y la muerte. Guardaban un vínculo con los svartálfar (elfos negros) y los døkkálfar (elfos oscuros), y posiblemente eran los mismos nibelungos de Niflheim (mundo de la niebla), además de Nidavellir y Svartálaheim (mundo de los elfos oscuros); posiblemente estos últimos dos se refieran al mismo lugar.
El término "enano" viene del latín "nanus" y significa "pequeño en su especie", aunque en un principio, estas palabras se reservaban como un adjetivo a seres feos, deformes o torcidos, del modo como el inglés actual dwarf que significa lo mismo y tiene el mismo origen indoeuropeo.
De tal manera, llegamos a tiempos anteriores al s. XIII cuando los enanos o dvergar (dvergr en plural) no eran seres pequeños en su especie, sino otra raza de hombres que el germano miró despectivamente por ser torcidos, feos o deformes. Así, llegamos al mito del enano Alvíss (toda sabiduría), que buscaba casarse con Þrúðr, hija de Thor. El dios del trueno no se encontraba cuando se le prometió su hija al enano, y al verlo se pregunta: "¿Qué hombre es este?! ¿Por qué tan pálida la nariz? ¿Con los muertos pasas en la noche?" lo que define el rechazo del dios sobre tal criatura. Alvíss llegó en la noche a visitar a Thor, quien le hizo que probara su sabiduría sin dejar de preguntarle durante toda la noche hasta el amaneces, Alvíss, sin poder negarse al desafío de Thor, no dejó de responder hasta que el sol apareció sobre el cielo convirtiéndose en piedra.
No causaba rechazo el blanco de la piel entre los germanos, pero en los enanos parece que era excepcional, debido a que era más bien un blanco cadavérico —de hecho, algunos nombre de enanos tenían significados que nos confirma esto: Daínn (el muerto) y Naínn (el cadáver)—, "¿Por qué tan pálida la nariz? ¿Con los muertos pasas en la noche?", era lo que se preguntaba Thor, como si una nariz bulbosa, que padece rinofima, sobresale de su barba, con un rostro semejante al de un cadáver por no tener contacto con la luz solar. —Puesto que el sol les mataba convirtiéndolos en piedra.
LOS GOLEM
Que los enanos se convirtieran en piedra nos trae al recuerdo a los golem, criaturas del la creencia judía formados con materia inanimada; es más, su mismo nombre viene del hebreo guélem (גלם) que significa "materia".
Adán mismo, el primer hombre hecho por Dios, les servía de inspiración para formar a la criatura, con mucha sabiduría y santidad, pero el no poseer el aliento de vida de Dios, hacía que sus golem fuesen criaturas vacías. Se decía que los rabinos creaban estas criaturas para proteger a la población judía de los grupos antisemitas, pero si bien eran obedientes y fuertes, resultaban torpes y una característica muy especial, no tenían espíritu.
Al parecer, este golem fue perfeccionado, porque formó un pueblo de seres materialistas en Fenicia que desembarcó en una isla en el Mediterráneo, acercándose a la población nativa con intenciones de comprarle la isla. Así lo hicieron y luego les sirvió de puente al continente Europeo donde se mezclaron con los celtas, dando como resultado el pueblo de los galos, que se expandieron desde Irlanda (que hablaron gaélico) hasta Asia Menor (como gálatas). Se convirtieron en sus sacerdotes, llamados triuweden (quienes no tienen la verdad) que hoy conocemos como druidas. Sabemos que a lo largo de la historia, más que hombres cercanos a la cultura celta y la naturaleza, los druidas fue una casta oscura dentro de esta realidad, que se inclinaba por los sacrificios de niños, fuertemente politizada y que pudo ser causa de la corrupción (o torcimiento) de los celtas.
Estos eventos, narrados en el Oera Linda, nos explican como un pueblo venido de Fenicia (semitas) llegó donde el antiguo hombre europeo y le torció; y dentro de la creencia de ambas culturas, tanto semitas como indoeuropeos, estos golem eran seres sin espíritu, es decir, muertos, cadavéricos, que la luz solar los convertía en piedra, detalle que nos vuelve a los enanos. Su aspecto materialistaa pudo traer su habilidad con la creación de artefactos tecnológicos (mágicos) y su deseo constante de materia prima o jómer guélem como ellos le llaman que desencadenó en un poder económico que menguó el espíritu de los hombres. Es la relación de los golem con los enanos lo que me hace pensar que posiblemente fuesen semitas.
LA MALDICIÓN DEL ANILLO
Cuanta Wagner en su ópera, que alguna vez existió un oro sagrado en el río Rhin, y quién renegara del amor y quitara el oro para forjar un anillo, éste sería el Rey del Mundo.
Las ondinas que custodiaban el oro cantaban y jugaban a su alrededor cuando el rey de los elfos Alberico (eso significa justamente el nombre del enano) apareció por entre las rocas y quiso poseer a una de las hermosas mujeres que había frente a sus ojos; ellas jugaron con él, lo trataron como un tonto y se burlaron de su aspecto (feo, torcido) hasta que de repente el sol brilló sobre el oro del Rhin y el enano lo miró con ambición, las ondinas no le dieron importancia porque sólo poseería el oro quien renegara del amor y no sería ese enano libidinoso, enterándose de esto Alberico, y dolido por el rechazo, juró solemnemente renegar del amor y en un arrebato tomó el oro del Rhin, se lo llevó a su mundo de niebla y forjó el famoso Anillo de los Nibelungos.
Además del anillo forjó un casco que lo hacía invisible (como criatura subterránea, con riquezas y un casco que lo hace invisible me hace pensar mucho en Hades) y gracias a esos objetos pudo esclavizar a todos los habitantes de Niflheim, los nibelungos, y extrajo todo el oro que pudo encontrar gracias a que su anillo sabía donde se encontraba, y forjaron grandes tesoros y todo se ocultó bajo una montaña (que pudo servir de inspiración para la montaña llena de oro del Hobbit).
Ese tesoro paso de Alberico a Odín, de Odín a Fafnir, de Fafnir a Sigfrido, de Sigfrido a los burgundios, de éstos a los hunos y luego se dice que desapareció. Supongo que es el mismo tesoro que encontró Beowulf en la cueva de Grendel, el mismo cuarto círculo del infierno donde los avaros empujan grandes pesos en oro (como los enanos de Alberico), donde trabajaban todo el día los siete enanitos de Blancanieves y de donde los duendes irlandeses sacaron ollas llenas de monedas de oro y las trasladaron a la entrada del hogar de los dioses (el arco iris) y no pudieron cruzar.
Así, en un mundo de guerreros, los enanos se convirtieron en la potencia económica de la Europa del Mito y el Cuento, y forjaron increíbles artilugios a dioses (como el martillo de Thor o la lanza de Odín) y hombres que con todo, los vieron como criaturas repugnantes, torcidos, sin vida... golem... porque a fin de cuentas, eran materialistas, y lo importante para el alma europea, eran los valores propios de la nobleza, el honor, la lealtad, la verdad y el heroísmo. Los enanos se mantuvieron alejados de estas vanalidades, se adentraron en las montañas y sin otro sentido en la vida comenzaron a extraer roca a roca todo el oro de Europa, su piel palideció, su espalda se arqueó, parecieron cadáveres ante los ojos de los dioses. El pueblo semita (sean fenicios, amorreos, asirios o hebreos) se caracterizó por ser más bajo que el indoeuropeo, sobre todo en comparación con el germano. El espíritu materialista de los grupos semitas hizo del fenicio el mejor comerciante de la historia, el no tener un espíritu nacional (no tenían ciudades, solo puertos), el desarrollo de la moneda y la contabilidad, no solo desembarcaron en la isla que menciona el Oera Linda (Marcella), sino que también en Grecia en más de una isla (fundan Tebas), a lo largo de Italia, Francia, España de donde pasan a Irlanda (donde Golamh derrota a los Tuatha de Danann) hasta Niflheim (alguna región al norte de Noruega) donde son conocidos como dvergar, y que con los siglos pasaron a ser enanos, porque entre todos los hombres, eran los más pequeños en su especie.
EL ORO BAJO LA MONTAÑA
Hoy me pregunto ¿dónde quedó el oro bajo la montaña? ¿y todas esas creaciones mágicas-tecnológicas como la lanza de Ódín y el martillo de Thor? ¿Habrán ido a parar al templo de Salomón? ¿Se convirtió en la ofrenda de un dios que, para enriquecerse a sí mismo, juzgaba a los hombres por mirar las cosas de este mundo?
Solo nos queda la actualidad, con alguno que otro hombre de tamaño promedio, unos con gigantismo y otros con enanismo. Tipos bajos, y tipos jugadores de basquetbol. Y una Alemania como potencia económica de una Europa mal invertida, ¿liderada por quién? De seguro no son enanos.