domingo, 23 de agosto de 2015

Dinastía samotheana, primeros celtas en Gran Bretaña



INTRODUCCIÓN

            La Crónica de Holinshed es algo confusa al respecto… nunca establece el año con certeza. Sin embargo, nos acerca bastante al inicio de la historia de Samothes, primer rey de los celtas y primer habitante de Inglaterra.
Samothes era hijo de Jafet, hijo de Noé, que los relatos bíblicos le conocieron como Mesec. Esta es la primera curiosidad, puesto que por regla general, se hace a los celtas (o galos) descendientes de Gomer y no de Mesec, quien según Beroso, se estableció en lo que hoy es Rusia, fundó la ciudad de Mazaca (Moscú) y el pueblo fue llamado antiguamente mosocheni o mazaca y en sus tiempos recibieron el nombre de capadocios. En cuanto a la descendencia de Gomer, fueron llamados gomeritas antiguamente y en tiempos históricos recibieron el nombre de gálatas o gallos; y tanto gálatas como capadocios solían vivir en tiempos apostólicos en provincias vecinas de Asia Menor, lo que supondría en su historia una amistad entre pueblos a lo largo de sus migraciones y que llevó al desarrollo de celtas (descendientes de Mesec o capadocios) por un lado y galos (descendientes de Gomer o gálatas) por el otro. También encontramos en Rusia el vínculo entre Mesec y Samothes al norte del Mar Negro (Ucrania hoy en día) en la antigua localidad de Sarmatia, nombre que nos recuerda a Samothes y recibe dicha denominación por el pueblo de los sármatas (o saurómatas), vecinos de escitas de quienes se piensa que descienden los celtas irlandeses.
Así, estableciendo los vínculos existentes entre Samothes y Mesec (que son el mismo personaje) y su relación con el resto de tribus celtas, galos o gálatas de Asia Menor y capadocios y sármatas rusos, podemos hablar libremente de su historia.


PRIMERA DINASTÍA SAMOTHEANA

La casta de los druidas


Luego del Diluvio Universal, los descendientes de Noé se dividieron el mundo. Principalmente, Sem y su descendencia habitaron Medio Oriente, Cam y los suyos a lo largo de África y en cuanto al linaje de Jafet, se extendieron desde India e Irán, Rusia y toda Europa.
Gomer, Magog y Mesec cohabitaron en armonía las estepas rusas mientras que Javán partió a Grecia, Madai a Irán (de donde nacen los medos) Tiras a Italia y Tubal a España.
En la medida que los pueblos fueron aumentando su población, las migraciones comenzaron desde las estepas rusas y específicamente, desde Ucrania (el urheimat indoeuropeo), donde Mesec, que ya había fundado la antigua Mazaca, se convirtió en un gran líder como su padre, de ahí recibió el nombre de Samothes, que es un término que los britanos recogieron como summarius que quiere decir “jefe” o “principal” pero que no conlleva el título de “rey” (como en rex, rix, ric, rajá, rg, etcétera). Desde entonces, bajo el nombre de Samothes, funda Sarmatia donde nace el pueblo de los sármatas o saurómatas y migra con su tribu indoeuropea por tierras más propicias.
Así es como cruza Europa y llega a la Céltica, nombre con el que fue conocido antiguamente la actual Francia, y forma un imperio que abarca Francia, Bélgica, el norte de España e Inglaterra —Esta es la migración céltica por Europa de los antiguos celtas. Además de ser el primer habitante de la isla que pisó, según unas versiones, doscientos años después del Diluvio, doscientos sesenta años después del Diluvio hasta trescientos años después, en el 1650 anno mundi o el 1910 anno mundi (por los tiempos en que Partholón, el celta antepasado de los tuatha dé, invadió Irlanda) y llamó a la isla Samothea.
Samothes enseñó a su pueblo la ley, la astronomía, una escritura de carácter fenicia —o más bien rúnica—, política y moral (entendiéndose la palabra moral en su carácter etimológico, es decir, enseñó costumbre, y con esto nos remitimos a la Sucesión Discipular o Transmisión Oral). Además, para un grupo de iniciados entregó un conocimiento superior sobre dios y el hombre, hombres de filosofía que se hicieron llamar los samothei.
A Samothes le sucedió su hijo en la Céltica de nombre Mago, de quien, la Crónica supone que recibieron el nombre los magos de Media; y a Mago le sucedió Sorronius, o Sarron, hombre de gran conocimiento como sus antepasados, fundando escuelas para preservar el conocimiento, para que los celtas no caigan en la barbarie y, al igual que su abuelo Samothes, funda un movimiento denominado los sarronides, filósofos que creen que los sacrificios corresponden sólo a un grupo elevado de hombres, es la idea que pronto derivará en la casta de los druidas.
A Sorronius le sucede su hijo Druiyus, también llamado Druis, quien perfecciona las ideas de su padre y establece el grupo de los druidas, que consistía en la Sucesión Discipular, conocimientos sobre el entorno, sobre la deidad, medicina y otras ciencias ocultas que, como establece La Crónica y otros textos históricos, degeneró como el común de las instituciones en un grupo de hombres poco honorables que se aprovecharon de su poder.
Druiyus fue sucedido por su hijo Bardus, poeta y músico de donde obtenemos la palabra “bardo”. Bardus fundó una orden de poetas o heraldos llamados bardi, grupo tan respetado como la casta de los druidas, al punto de que las batallas se detenían si habían bardos en el lugar. Pero después de Druiyus y Bardus, los celtas pronto fueron olvidando los conocimientos y el espíritu indoeuropeo, entonces llegó a Samothea el gigante Albión, hijo de Neptuno, y conquistó la isla.


ALBIÓN

Albión de William Blake


Así como los indoeuropeos se expandieron por Europa, los camitas pronto iniciaron un periodo de conquistas que se concentró en el Egipto pre-dinástico, Cus (Etiopía) y Libia. Y muy pronto el poder camita se expandió por las costas de Canaán donde se convirtieron en expertos navegantes y al mando de su deidad principal (que los egipcios le llamaron Ptah, padre de Ra, los griegos le conocieron como Poseidón y los romanos como Neptuno), emprendieron rumbo por las costas del Mediterráneo, extendiéndose a lo largo de tierras habitadas por indoeuropeos (En las tierras de Javán, Grecia, se estableció Cadmo y los tebanos; en Italia de Tiras los etruscos y en la España de Tubal otros grupos fenicios).
Sin embargo, la expansión camita por parte de su dios Neptuno descansa en la extinguida civilización atlántica que desaparece una vez iniciado el Diluvio Universal, y todo lo correspondiente a las costas atlánticas que alguna vez dominó el imperio fundado por el dios del mar, fue reconquistado por los gigantes, hijos y descendientes del mismo dios, lo que la historia conoció como la cultura de los Megalíticos, ciclópeas construcciones de piedra que se extienden por las costas atlánticas tanto europeas como africanas, alcanzando en el caso de Europa, todas las tierras que se hizo con posterioridad nuestro héroe Samothes.
Anteo, uno de estos gigantes, toma lo que son las tierras de Mauritania; Gerión habitó España; Lestrigo domina el norte de Italia, y Bergión y Albión toman Irlanda e Inglaterra respectivamente. Al parecer, como dice Louis Charpentier, estos son los gigantes conocidos como el pueblo de los ligures, y en honor a la verdad, habitaron las costas atlánticas y la Céltica en sí con anterioridad la llegada de los celtas indoeuropeos que finalmente los derrotaron, se hicieron de los dólmenes, menhires y cromlechs como suyos y adoptaron solo la deidad ligur principal, que celtas continentales conocieron como Lugus y en Irlanda de hizo famoso con el nombre de Lugh, el dios que se convirtió en rey de los tuatha dé. Los mismos ciclos irlandeses se refieren a Lugh no como un tuatha dé, sino como un extranjero descendiente de los fomoré, gigantes que habitaron Irlanda con anterioridad a toda invasión celta y que etimológicamente vienen a ser “los que vienen del mar”, es decir, los del pueblo del mar, los atlantes. Y entre sus reyes encontramos cíclopes de las mismas características que Polifemo, hijo de Poseidón, rey fundador de la Atlántida.
Luego de Bardus, la dinastía samotheana había tenido a los reyes Longho, Bardus II, Lucus y Celtes. Es entonces cuando Albión encuentra al pueblo de Celtes, los celtas, en momentos de alguna debilidad —física, espiritual o intelectual— y aprovecha la ocasión para hacerles guerra y recuperar las antiguas tierras ligures y atlánticas, empresa de la que resulta victorioso y decide nombrar a la isla Samothea con su nombre. Desde entonces, la isla fue conocida como Albión.
Se desconoce la etimología de Albión, pero claramente no era indoeuropea y celtas y grecorromanos lo interpretaron como “La Isla Blanca”, según algunos, por los acantilados de Dover. Empero el origen del nombre de la isla de Albión y del gigante homónimo seguirá siendo un misterio.
Pero al parecer, el nombre fue de buen gusto para los celtas samotheanos, quienes recuperaron la isla hacia el 1330 a. C. cuando Heracles emprende un viaje a Occidente, asesinando a todo gigante que fuera un impedimento para lograr sus doce trabajos.
Al respecto, los griegos dicen que Euristeo envía a Heracles dos veces al extremo occidental del mundo: primero viaja a robarle el ganado a Gerión, matando a éste y al gigante Caco en Italia. En Italia le hace frente luego Lestrigo, hermano de Albión y Bergión, a quien Heracles también derrota en combate, lo que trajo la ira de sus hermanos quienes parten desde sus islas a cobrar venganza por la muerte de su hermano. Albión, rey de la isla de Albión, y Bergión, rey de Irlanda, también son derrotados por el héroes griego quien logra llegar por fin a Micenas con el ganado robado de Gerión. Tiempo después vuelve a las costas atlánticas, esta vez a África, en busca de las manzanas doradas del jardín de las hespérides, derrotando esta vez al gigante Anteo y saliendo victorioso con las manzanas.
Ese fue el fin del reinado de Albión y de la cultura Megalítica en las costas atlánticas, los ligures fueron prontamente reemplazados por tribus célticas con la ayuda de ejércitos helenos, es decir, grupos indoeuropeos que imponían el patriarcado en una Europa ganadera, mesolítica y olvidada.


SEGUNDA DINASTÍA SAMOTHEANA

Guerreros pictos


Al parecer no fueron muchos los años del reinado de Albión, porque Celtes, último rey samotheano, recuperó el trono y la dinastía se mantuvo por varias generaciones más que, en reconocimiento o recuerdo del conquistador hijo del dios del mar, decidieron mantener el nombre de la isla como Albión y olvidar ese antiguo nombre de Samothea, dada por su fundador.
Los reyes que siguieron a Celtes fueron Galates, Harbon, Lugdus, Beligius, Iasius, Allobrox, Romus, París, Lemanus, Olbius, Galates II, Nannes, Remis, Francus y Pictus, último vástago del linaje de Samothes.
Estos reyes no disfrutaron de largos reinados, sino que podemos deducir fácilmente que fueron periodos breves en que se sucedieron unos con otros al punto en que se desconocen sus hazañas. Además, luego de Pictus llegó a la isla de Albión el héroe Brutus o Bruto de Troya, pariente de Eneas y sobreviviente de la caída de su ciudad en manos de aqueos y dánaos. Sabemos que desde los doce trabajos de Heracles y la caída de Troya no pasaron muchos años, al punto en que Agamenón logró conocer a Heracles y luego vivir un corto reinado en Micenas para luego ir en la conquista de Troya y morir al regresar, por tanto, todos estos reyes samotheanos desde Celtes hasta Pictus reinaron durante la vida del héroe Agamenón y quizás una década más.
Es interesante cómo la historia de Samothes redactada en la Crónica de Holinshed, que data de la Era Tudor, refleja toda una migración celta desde el urheimat indoeuropeo. No seré el primero en dar a la luz ese origen celta en la Europa Oriental —del ciclo artúrico también se dice que encuentra sus raíces en sármatas y otros pueblos iranios— pero es bueno recordar la historia en su practica antigua: una historia vivida a través de reyes y conquistadores, que vence a los pueblos cuando éstos pierden su voluntad.

De tal manera, a la llegada de Bruto de Troya, éste no encontró más que unos pocos gigantes sobreviviendo por aquí y por allá y las tribus pictas del norte de la isla (el pueblo del rey samotheano Pictus) y no tardó en hacerse señor de la isla olvidada por los celtas y darle un nuevo nombre que sobrevive hasta nuestros días: la isla de Gran Bretaña.

Bandera del Reino Unido